Desde el punto de vista matizado de un cirujano especializado en Feminización Facial La cirugía de párpados (FFS) en la región periorbitaria, que abarca los ojos y sus estructuras circundantes, representa una frontera crucial para lograr una armonía estética óptima y la feminización. Entre los numerosos procedimientos de la FFS, la remodelación de los rebordes supraorbitario (hueso de la ceja) y orbitario lateral (orificio externo del ojo) es de suma importancia. Esta extensa discusión profundiza en las complejidades anatómicas, las metodologías quirúrgicas, las posibles complicaciones y los resultados esperados de estos procedimientos, presentados con precisión médica y explicaciones accesibles para el paciente y el profesional con criterio.

Tabla de contenido
Comprensión de la anatomía periorbitaria: una base para la feminización
El área periorbitaria es una compleja interacción de tejidos esquelético, muscular, adiposo (grasa) e integumentario (piel). Una comprensión profunda de estos componentes no es meramente académica; es la base sobre la que se construye una feminización quirúrgica exitosa.
El reborde supraorbitario: la base de la frente
El borde supraorbitario, conocido coloquialmente como hueso de la ceja, forma el límite superior de la órbita o cuenca ocular. En los varones biológicos, esta estructura tiende a ser más prominente y protuberante, lo que crea una apariencia pesada y, a veces, sombreada en los ojos. Esta prominencia se debe principalmente al seno frontal subyacente y al grosor del hueso frontal en esta región.
- Seno frontal: Un par de cavidades llenas de aire ubicadas dentro del hueso frontal, justo encima de la cavidad nasal. Su tamaño y configuración influyen significativamente en la proyección del hueso de la ceja.
- Glabela: La zona lisa y triangular entre las cejas y por encima del puente de la nariz. Esta suele ser la parte más prominente del arco superciliar en los hombres.
- Escotadura/agujero supraorbitario: Un pequeño surco o abertura en el borde supraorbitario, por donde pasan el nervio y la arteria supraorbitarios. Proteger estas estructuras neurovasculares es fundamental durante la cirugía para prevenir la pérdida de sensibilidad o el sangrado.
El borde orbital lateral: define el contorno exterior del ojo
El reborde orbitario lateral constituye el límite exterior de la cuenca ocular, extendiéndose desde el hueso temporal (lado del cráneo, cerca de la sien) hasta el hueso cigomático (pómulo). En los hombres, esta región también puede parecer más robusta, lo que contribuye a una apariencia menos abierta y más angular de los ojos. La feminización suele implicar un contorno sutil para suavizar este ángulo y crear una transición más elegante hacia la región temporal.
- Sutura cigomaticofrontal: Articulación fibrosa que conecta el hueso cigomático con el frontal. Es un punto de referencia anatómico clave durante la reducción del reborde orbitario lateral.
- Fosa temporal: La depresión lateral del cráneo, donde se ubica el músculo temporal (músculo masticatorio). La remodelación del reborde orbitario lateral suele influir en la estética de esta zona adyacente.
Consideraciones sobre los tejidos blandos: más que solo hueso
Si bien la remodelación esquelética es fundamental, los tejidos blandos suprayacentes son igualmente cruciales. El grosor de la piel, la presencia de grasa subcutánea y la actividad de los músculos periorbitales (como el orbicular de los párpados, que cierra el ojo) contribuyen al resultado estético final. El cirujano debe ser meticuloso. considerar cómo los cambios en el hueso subyacente afectarán estos tejidos blandos, garantizando un resultado natural y armonioso.

Indicaciones quirúrgicas y selección de pacientes
La decisión de proceder con la remodelación del reborde orbitario supraorbitario y lateral está motivada por objetivos estéticos específicos, principalmente para lograr una apariencia más femenina de la parte superior del rostro y de los ojos.
Indicaciones primarias
- Reducción de protuberancias en las cejas: Abordar un borde supraorbitario prominente que proyecta sombras sobre los ojos, hace que la frente parezca más pesada o contribuye a un perfil facial masculino.
- Remodelación orbital: Creando un contorno más abierto, menos angular y estéticamente agradable de las cuencas de los ojos.
- Feminización facial general: Integración de la remodelación periorbitaria en un plan FFS integral para lograr una feminización facial armoniosa.
Contraindicaciones y consideraciones
Si bien estos procedimientos son generalmente seguros, ciertos factores pueden contraindicarlos o requerir precaución:
- Condiciones médicas preexistentes: Las enfermedades sistémicas no controladas (por ejemplo, enfermedad cardiovascular grave, trastornos hemorrágicos) pueden aumentar los riesgos quirúrgicos.
- Infecciones activas: Cualquier infección activa en el campo quirúrgico debe resolverse antes de la cirugía.
- Expectativas poco realistas de los pacientes: Un análisis exhaustivo de los posibles resultados y limitaciones es fundamental para garantizar la satisfacción del paciente.
- Grosor óseo insuficiente: En casos raros, un hueso frontal extremadamente delgado puede limitar el grado de reducción que se puede lograr solo con fresado, lo que podría hacer necesario un retroceso del colgajo óseo.

Técnicas quirúrgicas para la remodelación del reborde supraorbitario
El abordaje para la remodelación del borde supraorbitario depende en gran medida del grado de prominencia y de la anatomía subyacente, en particular del tamaño y la configuración del seno frontal.
Tipo I: Desbarbado (Afeitado)
Esta técnica implica la reducción directa del hueso utilizando una fresa quirúrgica especializada.
- Solicitud: Ideal para casos con protuberancia cefálica leve a moderada, donde el seno frontal es relativamente pequeño o está posicionado favorablemente, lo que permite la eliminación de hueso suficiente sin violar la cavidad sinusal.
- Mecanismo: Se eliminan cuidadosamente el hueso cortical externo (la capa dura y externa del hueso) y algo de diploe (hueso esponjoso entre las capas interna y externa) hasta lograr el contorno deseado.
- Ventajas: Menos invasivo que los procedimientos con colgajo óseo, tiempo de recuperación más corto, riesgo generalmente menor de complicaciones asociadas con la entrada a los senos paranasales.
- Desventajas: Limitado en la cantidad de reducción alcanzable; no es adecuado para protuberancias prominentes donde el seno frontal se extiende significativamente hacia el área.
Tipo II: Retroceso del seno frontal con colgajo óseo (ostectomía y fijación)
Este es un procedimiento más complejo indicado para protuberancias significativas de las cejas, especialmente cuando el seno frontal es grande y se extiende hasta el área que requiere reducción.
- Solicitud: Cuando el rebaje por sí solo provocaría una perforación del seno frontal o no conseguiría una feminización adecuada.
- Mecanismo: Se extrae una sección cortada con precisión del hueso frontal, incluida la pared exterior del seno frontal.osteotomíaEste "colgajo óseo" se remodela posteriormente, a menudo rebajando su superficie posterior (interna) para reducir su proyección. El colgajo óseo remodelado se reposiciona hacia atrás y se fija con pequeñas placas y tornillos de titanio. La pared anterior del seno frontal se desplaza hacia atrás, reduciendo así la proyección del hueso de la ceja.
- Ventajas: Permite una reducción sustancial del abombamiento de las cejas, incluso en casos de senos frontales grandes.
- Desventajas: Más invasivo, con recuperación más prolongada y potencial de complicaciones relacionadas con la entrada al seno (por ejemplo, fuga de líquido cefalorraquídeo, infección, formación de mucocele), requiere una fijación cuidadosa del colgajo óseo.
Tipo IIa: retroceso parcial del seno frontal
En algunos casos, solo es necesario retraer una parte de la pared del seno frontal, generalmente la región glabelar central. Esta es una variante del procedimiento Tipo II, adaptada a necesidades anatómicas específicas.
Tipo IIb: retroceso completo del seno frontal
Cuando toda la pared anterior del seno frontal es prominente, puede ser necesario un retroceso completo. Esto implica elevar cuidadosamente la duramadre (la membrana resistente que recubre el cerebro) de la pared posterior del seno frontal para permitir el retroceso completo de la pared anterior. Esta es una maniobra delicada que requiere amplia experiencia quirúrgica.
Tipo III: Craneotomía del borde supraorbitario (reconstrucción frontal)
Esta técnica se emplea con menos frecuencia para la remodelación aislada del reborde supraorbitario, pero puede ser necesaria en casos extremos de asimetría craneal o cuando se requiere una remodelación frontal extensa junto con la reducción de la prominencia de la ceja. Implica una extirpación y remodelación más extensa del hueso frontal, que puede extenderse más allá de los límites del seno frontal.
Técnicas quirúrgicas para la remodelación del reborde orbitario lateral
La remodelación del reborde orbitario lateral se centra en suavizar la transición desde la frente a la región temporal y reducir cualquier angularidad masculina.
Reducción del borde orbital lateral (rebaba)
- Solicitud: Es común una prominencia sutil a moderada del borde orbital lateral.
- Mecanismo: Similar a la reducción del hueso de la ceja tipo I, se utiliza una fresa quirúrgica para reducir cuidadosamente la cara externa del reborde orbitario lateral, creando un contorno más suave y curvo. Se tiene cuidado de no dañar el músculo y los nervios temporales subyacentes.
- Ventajas: Relativamente sencillo, bueno para una feminización sutil.
- Desventajas: Limitado en la cantidad de reducción posible; no se puede abordar solo la protrusión orbitaria lateral severa.
Contorno del reborde orbitario lateral con reducción del arco cigomático (si está indicado)
En algunos casos, especialmente cuando los pómulos (arcos cigomáticos) también son prominentes o anchos, se puede realizar una reducción simultánea del reborde orbitario lateral y del arco cigomático adyacente. Esto crea un contorno más armonioso y femenino desde el exterior del ojo hasta el tercio medio facial.
- Solicitud: Cuando un tercio medio facial más ancho o un arco cigomático prominente contribuyen a una apariencia masculina.
- Mecanismo: Esto puede implicar fresado o incluso osteotomías (cortes en el hueso) del hueso cigomático para estrechar el ancho facial y crear una transición más suave desde el borde orbital lateral.
Abordaje quirúrgico e incisiones
La elección de la incisión para estos procedimientos es crucial tanto para el acceso como para el resultado estético, buscando una visibilidad mínima de las cicatrices.
Incisión coronal (incisión capilar)
- Ubicación: Generalmente se realiza detrás de la línea del cabello y se extiende de oreja a oreja a través del cuero cabelludo.
- Ventajas: Proporciona un excelente acceso a toda la frente, los rebordes supraorbitales y las regiones temporales. La cicatriz queda bien disimulada entre el cabello, lo que la hace prácticamente invisible una vez cicatrizada.
- Desventajas: Incisión más larga, posibilidad de entumecimiento temporal del cuero cabelludo (parestesia) debido a la alteración del nervio.
Abordaje endoscópico (incisiones limitadas)
- Ubicación: Se realizan varias incisiones pequeñas dentro de la línea del cabello, a través de las cuales se insertan un endoscopio (una pequeña cámara) e instrumentos especializados.
- Solicitud: Se utiliza principalmente para procedimientos de levantamiento de frente, pero se puede utilizar para el desbarbado limitado del hueso de la ceja en casos selectos.
- Ventajas: Incisiones menos invasivas, más cortas, recuperación potencialmente más rápida de la sensibilidad del cuero cabelludo.
- Desventajas: Visibilidad y maniobrabilidad limitadas, no adecuado para reducciones óseas extensas o procedimientos de colgajo óseo.
Incisión directa (menos común para FFS)
- Ubicación: Directamente sobre la ceja o en la línea del cabello de la ceja.
- Solicitud: Se utiliza poco en cirugías de frente debido a la visibilidad de las cicatrices. Es más común en levantamientos de cejas tradicionales.
- Desventajas: Cicatriz muy visible.
En el contexto de FFS para la remodelación del borde orbitario supraorbitario y lateral, la incisión coronal es abrumadoramente el abordaje preferido debido al acceso integral que proporciona para un contorno óseo significativo al tiempo que permite ocultar las cicatrices.
Planificación preoperatoria: el plan para el éxito
Una planificación preoperatoria meticulosa no es negociable para lograr resultados predecibles y seguros.
Análisis de tomografía computarizada 3D
- Objetivo: Una tomografía computarizada (TC) de alta resolución proporciona imágenes tridimensionales detalladas del esqueleto facial, particularmente del hueso frontal, los senos frontales y los bordes orbitales.
- Información obtenida:
- Tamaño y configuración del seno frontal: Es fundamental para determinar si es necesario realizar un procedimiento de rebabas (Tipo I) o de retroceso (Tipo II).
- Grosor del hueso: Evalúa la cantidad de hueso disponible para la reducción.
- Análisis de simetría: Identifica cualquier asimetría preexistente que necesite corrección.
- Mapeo neurovascular: Ayuda a identificar la ubicación precisa de los nervios y los vasos sanguíneos para minimizar las lesiones.
- Simulación preoperatoria: Un software avanzado puede utilizar datos de TC para crear modelos 3D y simular posibles resultados quirúrgicos, lo que permite al cirujano y al paciente visualizar los cambios propuestos.
Análisis fotográfico
Las fotografías preoperatorias estandarizadas desde múltiples ángulos (frontal, lateral, oblicua y a vista de gusano) son esenciales para documentar la apariencia inicial y compararlas con la cirugía postoperatoria. Además, facilitan la planificación quirúrgica al destacar las áreas de interés.
Consulta del paciente y establecimiento de objetivos
Es fundamental una conversación exhaustiva con el paciente. Esto incluye:
- Comprender las expectativas del paciente: Alinear los objetivos estéticos del paciente con resultados quirúrgicos realistas.
- Consentimiento informado: Explicando el procedimiento en detalle, incluidos los posibles riesgos, beneficios, alternativas y proceso de recuperación.
- Abordar las inquietudes: Permitir que el paciente exprese cualquier ansiedad o pregunta.
El procedimiento quirúrgico: una descripción paso a paso
Si bien los pasos específicos varían según la técnica elegida, una descripción general del proceso quirúrgico proporciona información sobre la complejidad y la precisión involucradas.
Anestesia
Generalmente se administra anestesia general, lo que garantiza que el paciente esté completamente inconsciente y sin dolor durante todo el procedimiento.
Incisión y elevación del colgajo
- Se realiza la incisión elegida (generalmente coronal).
- Los tejidos del cuero cabelludo y la frente se elevan cuidadosamente en un plano subgaleal (debajo de la galea aponeurótica, una lámina fibrosa que cubre el cuero cabelludo) o subperióstico (directamente sobre el hueso) para exponer el hueso frontal subyacente, los rebordes supraorbitarios y los rebordes orbitarios laterales. Esta elevación debe realizarse meticulosamente para proteger los nervios y vasos sanguíneos.
Remodelación del reborde supraorbitario
- Tipo I (Rebabas): Con una fresa quirúrgica de alta velocidad, el hueso prominente se reduce meticulosa y gradualmente. Se utiliza irrigación constante (lavado con solución salina) para enfriar el hueso y eliminar los residuos. El cirujano palpa el hueso con frecuencia para asegurar una reducción suave, simétrica y adecuada sin perforar el seno frontal.
- Tipo II (retroceso del seno frontal):
- Osteotomía: Se realizan cortes precisos en el hueso para crear el colgajo óseo, generalmente utilizando una sierra oscilante.
- Extracción del colgajo: Se levanta cuidadosamente el colgajo óseo, dejando expuesta la cavidad del seno frontal.
- Manejo de los senos paranasales (si corresponde): Si se accede al seno, suele extirparse la mucosa para prevenir la formación de un mucocele (quiste mucoso). Se inspecciona la pared posterior del seno para verificar su integridad.
- Remodelación ósea: El colgajo óseo extraído se adelgaza y se remodela en una mesa estéril separada para reducir su proyección.
- Reposicionamiento y fijación: El colgajo óseo remodelado se reposiciona hacia atrás, dándole el contorno deseado, y se fija con pequeñas placas y tornillos de titanio biocompatibles. Estas placas y tornillos suelen ser permanentes, pero son muy pequeños y generalmente no son palpables.
Remodelación del reborde orbitario lateral
- Con una fresa quirúrgica, se contornea y reduce cuidadosamente la cara externa del reborde orbitario lateral para lograr una curva más suave y femenina. Esto suele realizarse junto con la remodelación del reborde supraorbitario para garantizar una transición armoniosa.
Hemostasia e irrigación
Durante todo el procedimiento, se mantiene una hemostasia meticulosa (control del sangrado) utilizando electrocauterización (un dispositivo que utiliza calor para detener el sangrado) y otros técnicasEl campo quirúrgico se irriga continuamente con solución salina.
Cierre
- Los tejidos elevados se vuelven a cubrir y se puede eliminar cualquier exceso de piel del cuero cabelludo (avance del cuero cabelludo) si se desea realizar un levantamiento de la frente al mismo tiempo.
- La incisión se cierra en capas mediante suturas, generalmente con un drenaje colocado temporalmente para recoger cualquier acumulación de líquido.
Cuidados postoperatorios y recuperación
El período postoperatorio es crucial para una curación óptima y minimizar las complicaciones.
Periodo postoperatorio inmediato (primeros días)
- El manejo del dolor: Se prescriben analgésicos orales.
- Hinchazón y moretones: Se espera que se presente hinchazón y hematomas importantes alrededor de los ojos y la frente. Las compresas frías y la elevación de la cabeza pueden ayudar a minimizarlos.
- Drenajes: Si se colocan, los drenajes generalmente se retiran dentro de las 24 a 48 horas una vez que el drenaje es mínimo.
- Adorno para la cabeza: Se puede aplicar un vendaje compresivo ligero en la cabeza durante un período breve.
- Entumecimiento: Es frecuente que se presente entumecimiento temporal del cuero cabelludo y la frente debido a la alteración nerviosa durante la elevación del tejido. Esto suele resolverse en cuestión de semanas o meses.
Semanas 1-6
- Reducción de la hinchazón: La hinchazón importante disminuye gradualmente, aunque puede persistir una hinchazón sutil durante varios meses.
- Resolución de hematomas: Los hematomas generalmente desaparecen en un plazo de 2 a 3 semanas.
- Restricciones de actividad: Se restringen las actividades extenuantes, levantar objetos pesados y agacharse para evitar un aumento de la hinchazón o el sangrado.
- Retirada de suturas: Si se utilizan suturas no reabsorbibles, se retiran alrededor de los 7-10 días.
Meses 3 a 12 y más allá
- Curación completa: La mayor parte de la hinchazón desaparece y se hace evidente el contorno final.
- Regeneración nerviosa: La sensibilidad en el cuero cabelludo y la frente continúa recuperándose. La recuperación completa puede tardar hasta un año o más, y algunas zonas pueden presentar un entumecimiento leve y permanente.
- Maduración de cicatrices: Las líneas de incisión se irán desvaneciendo gradualmente con el tiempo, haciéndose menos visibles. La protección solar es crucial para la cicatrización.
Posibles complicaciones y gestión de riesgos
Si bien los procedimientos de cirugía de corte por cesárea (FFS) suelen ser seguros en manos de cirujanos experimentados, ninguna cirugía está exenta de riesgos. Una comprensión integral de las posibles complicaciones permite una gestión proactiva de riesgos.
Riesgos quirúrgicos generales
- Infección: Aunque es poco frecuente, puede producirse una infección en el sitio quirúrgico. Generalmente se administran antibióticos profilácticos.
- Sangrado/Hematoma: El sangrado excesivo durante o después de la cirugía puede provocar un hematoma (una acumulación de sangre debajo de la piel), que puede requerir drenaje.
- Reacción adversa a la anestesia: Los riesgos asociados con la anestesia general son raros pero pueden incluir reacciones alérgicas o eventos cardiovasculares.
- Cicatrización: Si bien se realizan esfuerzos para minimizar la visibilidad de las cicatrices, todas las incisiones dejan una cicatriz.
- Asimetría: A pesar de una planificación y ejecución meticulosas, pueden producirse asimetrías sutiles.
Complicaciones específicas relacionadas con la remodelación del reborde orbitario supraorbitario y lateral
- Entumecimiento/parestesia: Entumecimiento temporal o, en raras ocasiones, permanente del cuero cabelludo y la frente debido a una lesión de los nervios supraorbitario o supratroclear. También puede presentarse parestesia (hormigueo, ardor) a medida que los nervios se regeneran.
- Fuga de líquido cefalorraquídeo (LCR): Una complicación poco frecuente pero grave, especialmente en el retroceso del seno frontal tipo II, es la perforación de la duramadre. Esto requiere reconocimiento y reparación inmediatos para prevenir la meningitis (inflamación de las membranas del cerebro y la médula espinal).
- Formación de mucocele: Si la mucosa del seno frontal no se elimina por completo durante un procedimiento de tipo II, se puede formar un mucocele (quiste lleno de moco) dentro del seno, que podría causar dolor o requerir cirugía adicional.
- Sinusitis: Infección o inflamación del seno frontal en el posoperatorio, en particular si se ha accedido al seno.
- Irregularidades/abolladuras en la frente: Una reducción ósea inadecuada o un contorno desigual pueden provocar irregularidades visibles.
- Palpabilidad o infección de la placa/tornillo: Aunque es poco frecuente, las placas y tornillos de fijación a veces pueden volverse palpables o, aún más raramente, infectarse y requerir su extracción.
- Recurrencia de protuberancias (raro): Es extremadamente raro, pero una reducción inicial o remodelación ósea inadecuada podría teóricamente conducir a cierta reproyección a lo largo de muchos años.
- Insatisfacción estética: A pesar de que la cirugía sea técnicamente exitosa, el paciente puede no estar completamente satisfecho con el resultado estético, lo que resalta la importancia de una comunicación clara y de expectativas realistas antes de la operación.
Estrategias de mitigación de riesgos
- Imágenes preoperatorias detalladas: Tomografías computarizadas 3D completas para mapear estructuras anatómicas y planificar el abordaje más seguro.
- Cirujano experimentado: Elegir un cirujano con amplia experiencia específicamente en FFS y procedimientos craneofaciales complejos.
- Técnica quirúrgica meticulosa: Ejecución precisa, hemostasia cuidadosa y protección diligente de las estructuras neurovasculares.
- Monitoreo postoperatorio: Vigilancia estrecha para detectar cualquier signo de complicaciones.
- Educación del paciente: Asegurarse de que el paciente esté completamente informado sobre los posibles riesgos y qué esperar durante la recuperación.
Resultados esperados e impacto estético
El objetivo de la remodelación del reborde orbitario supraorbitario y lateral es lograr una apariencia más femenina, suave y estéticamente armoniosa de la parte superior del rostro y de los ojos.
Transformaciones estéticas clave
- Reducción de la protuberancia de las cejas: El cambio más significativo es la reducción del prominente hueso de la ceja, que elimina las sombras sobre los ojos, haciéndolos parecer más abiertos y más grandes.
- Contorno de frente más suave: Una curva continua y más suave desde la línea del cabello hasta la nariz, que reemplaza la angularidad que a menudo se ve en las frentes masculinas.
- Apariencia ocular mejorada: Los ojos aparecen más prominentes, más brillantes y menos “encapuchados”.
- Canto lateral más blando: El ángulo externo del ojo (canto lateral) se desplaza suavemente hacia la sien, evitando una proyección áspera o huesuda.
- Feminización facial general: Estos cambios contribuyen significativamente a la feminización general del rostro, creando un perfil más equilibrado y armonioso.
Beneficios psicológicos y emocionales
Más allá de los cambios físicos, los beneficios psicológicos y emocionales de la cirugía de rejuvenecimiento facial (FFS), incluida la remodelación periorbitaria, son profundos. Los pacientes suelen reportar:
- Mayor confianza en sí mismo: Sentirse más cómodos y auténticos en su propia piel.
- Disforia de género reducida: Alivio de la angustia asociada a la incongruencia entre su identidad de género y sus rasgos faciales.
- Interacción social mejorada: Sentirse más afirmados en su género, lo que conduce a experiencias sociales más positivas.
Conclusión: Arte y ciencia en la feminización facial
La remodelación de los bordes supraorbitales y orbitarios laterales es una piedra angular Cirugía de Feminización FacialCombinando un conocimiento anatómico preciso con un criterio artístico sutil. Desde el análisis inicial detallado de la tomografía computarizada hasta el meticuloso contorno óseo y el cuidadoso manejo postoperatorio, cada paso es crucial.
El compromiso de un cirujano con la excelencia en este complejo campo implica no solo el dominio de las técnicas quirúrgicas, sino también un profundo conocimiento de la estética facial y el profundo impacto que estos procedimientos tienen en la vida del paciente. Al reducir meticulosamente la prominencia ósea masculina y esculpir los contornos femeninos, buscamos revelar la verdadera identidad, empoderando a las personas para vivir con autenticidad y confianza en su apariencia feminizada. El proceso de remodelación periorbitaria es un testimonio del poder transformador de la cirugía de remodelación facial (FFS), donde el arte de la remodelación quirúrgica se fusiona con la ciencia de la anatomía humana para redefinir la identidad y la belleza.
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